Aprovechar los potenciales de ahorro energético
Reducir el consumo de energía y aumentar el confort al mismo tiempo: ahora es posible gracias a la automatización de edificios controlada por presencia. Una vez parametrizado, el sistema funciona automáticamente en segundo plano: esto significa, por ejemplo, que la iluminación se enciende y regula automáticamente, la temperatura ambiental o la capacidad de refrigeración se reducen cuando las estancias no se usan o cuando ya se cumplen condiciones óptimas de forma natural. Apagar las luces cuando no son necesarias puede ser una opción en casa, pero cuanto más grande es un edificio, menos responsables se sienten los usuarios. Especialmente en edificios como naves industriales, almacenes, aparcamientos, hospitales, viviendas, hoteles y edificios públicos, el control de la iluminación debe funcionar automáticamente en cuanto una zona esté en uso.
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El usuario de un edificio habitualmente prefiere no tener que accionar ningún interruptor en un aseo, ni se siente seguro en pasillos y vestíbulos oscuros. Las actividades de una oficina o las clases no suelen interrumpirse para apagar la luz en cuanto la luz del día ilumina suficientemente la estancia. En edificios sin automatización, esto ha supuesto hasta ahora que la seguridad y el confort se vean comprometidos y la iluminación está permanentemente encendida. La introducción de la automatización puede ahorrar hasta un 50% del consumo en un edificio de oficinas, hasta un 60% en un almacén de gran altura y hasta un 80% en aseos.
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