Energía
Ahorro | Estabilidad | Seguridad
Uso responsable de los recursos
La construcción y operativa de los edificios causan actualmente casi el 40 % de las emisiones perjudiciales para el clima que se generan mundialmente. Esto hace de los edificios los primeros consumidores de energía a nivel mundial y el “asesino climático” número 1 (según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente). Con el telón de fondo de las incertidumbres políticas, el aumento vertiginoso de los precios de la energía y los notables efectos del cambio climático es necesario actuar de inmediato.
La energía es un bien escaso. En Alemania, por ejemplo, el gobierno ha reaccionado rapidamente a la situación de crisis. Allí el lema aplicado desde ya es: estamos haciendo todo lo posible para reducir drásticamente el consumo de energía. Así por ejemplo, los sistemas de iluminación publicitarios o la iluminación arquitectónica deben apagarse desde las 22:00 a las 6:00 horas durante los meses de invierno bajo pena de severas multas a los operadores en caso de incumplimiento.
B.E.G.: frenando el despilfarro energético desde 1980
Como empresa del segmento de la electrónica, llevamos más de 35 años comprometidos con el ahorro energético. El objetivo de desarrollar nuestra gama de detectores de movimiento y presencia ha sido desde el principio poder conmutar la iluminación únicamente en función de la demanda y conseguir un máximo de seguridad, confort y ahorro energético. Al tener en cuenta la luminosidad de la estancia, es posible regular la iluminación hasta alcanzar el nivel deseado. Al incluir la luz natural existente, se reduce considerablemente el consumo de energía.
Aprovechar el potencial de ahorro energético
Reducir el consumo de energía y aumentar el confort al mismo tiempo es posible gracias a la automatización de edificios con control de presencia. Una vez parametrizado, el sistema funciona automáticamente en segundo plano: esto significa, por ejemplo, que la iluminación se enciende y atenúa automáticamente, la temperatura ambiente o la capacidad de refrigeración se reducen cuando las estancias no están ocupadas o cuando ya existen condiciones naturales óptimas.
En los hogares es posible que el usuario piense en apagar las luces cuando no las utiliza, pero cuanto más grande es un edificio, menos responsables se sienten los usuarios sobre la necesidad de hacer un uso eficiente de la iluminación. Especialmente en grandes edificios, como centros comerciales, naves industriales, almacenes, aparcamientos, hospitales, viviendas, hoteles y edificios públicos, el control del alumbrado debe funcionar automáticamente en cuanto una zona esté en uso.
Ahorre hasta un 80%
El usuario de un edificio no quiere ni tocar el interruptor de la pared de un aseo, ni se siente seguro en pasillos y vestíbulos oscuros. Por otro lado, ni las actividades de una oficina ni las clases en un aula suelen interrumpirse para apagar la luz en cuanto la luz natural ilumina suficientemente la sala. En edificios sin automatización, esto compromete la seguridad y el confort por lo que la iluminación se mantiene permanentemente encendida. Un control automático permitiría ahorrar hasta un 50% en un edificio de oficinas, hasta un 60% en un almacén de gran altura y hasta un 80% en los aseos.